“Un sueño hecho realidad.” Así definía Graeme McDowell su experiencia en este U.S. Open. Y aunque creo que nadie acertó con el ganador en la porra que hicimos la semana pasada, creo que no habrá muchos que se hayan quedado insatisfechos después de ver este U.S. Open, que ha tenido de todo. Pebble Beach dio la talla hasta el final y como dijo Mickelson el jueves al terminar su vuelta: “Es imposible que alguien termine bajo par.” Así fue.
Por eso se ha caracterizado este U.S. Open: la dificultad. El único en terminar empatado con el campo fue McDowell, el resto fueron presa de Pebble Beach. Pero incluso él terminó el torneo agotado mentalmente: “No puede creer lo difícil que ha sido este campo de golf.” Es el primer europeo en ganar un U.S. Open en 40 años y por si alguien tenía alguna duda de que esto iba a suceder cualquier año, el segundo clasificado fue Gregory Havret, un francés. Después de cuatro días con los mejores del mundo peleándose contra uno de los mejores campos que existen, se pueden sacar varias conclusiones de este U.S. Open.
La primera y probablemente la que más importa es que McDowell es un justo ganador de un major. Durante el sábado pude escucharle en una entrevista que le hacían como líder del torneo con tres bajo par y demostró muchísima entereza y con las cosas muy claras. Imaginaros plantarse líder del U.S. Open después de 36 hoyos, una entrevista justo antes de pegar el primer golpe… McDowell repetía: “Voy a hacer mi juego” constantemente y así lo hizo.
Dustin Johnson todavía no estaba preparado. Tampoco hay que hacer sangre por un mal día de golf y sobretodo teniendo en cuenta que ayer todos, incluido el ganador, terminaron sobre par. Pero también hay que tener en cuenta que ayer comenzó el día con tres golpes de ventaja sobre McDowell, cinco sobre Tiger Woods, seis sobre Ernie Els y Gregory Havret y siete sobre Phil Mickelson en un campo donde ya sabe qué es ganar, y en esta situación es donde hay que sobreponerse a cualquier cosa. Quiza el problema fue de mentalidad, quizá ayer no era el día o simplemente nada salió bien. En cualquier caso, espero que no le suceda como a Lenn Mattice después del Masters hace unos años y desaparezca del mapa.
Tiger, muy a pesar de sus fans e incondicionales, todavía tiene un amplísimo margen de mejora por delante (por decirlo de alguna forma). Como es un pedazo de jugador es capaz de hacer unos nueve segundos hoyos impresionantes como los del sábado y encima en un campo con las condiciones de Pebble Beach. Pero el golf, más que de pegada, talento o golpes impresionantes premia más a los jugadores más constantes y regulares. No hay más que ver las vueltas del ganador (71, 68, 71 y 74). Las grandes remontadas pueden funcionar y todos las agradecemos por el espectáculo que proporcionan pero los ganadores suelen ser los que tienen un mejor porcentaje a lo largo de cuatro días en calles cogidas, greenes en regulación y sobretodo putts por vuelta; un palo con el que Tiger sólo disfrutó durante nueve hoyos en todo el torneo.
Els y Mickelson son los hombres fuertes del Circuito ahora mismo. El primero porque después de ganar ya dos veces este año ha conseguido recuperar la confianza y ha pasado de ser un espejismo de su mejor versión a estar muy cerca de ganar su segundo U.S. Open con un gran juego. El segundo porque, a pesar de no haber ganado y no llegar al número uno del mundo, ha dado la talla y ha estado luchando por la victoria, y seguramente lo hubiera conseguido de haber metido algún putt más. Ya son dos majors los que hemos visto este año y ambos han estado a la altura en los dos, por lo que no esperamos nada distinto para el Open Británico o el PGA Championship.
La última conclusión que se puede sacar es que, si alguien tenía alguna duda, Tom Watson es una leyenda viva del golf. Ayer se despidió del que probablemente será su último U.S. Open (a menos que gané el U.S. Senior Open, perteneciente al Champions Tour) en Pebble Beach, donde ya ganó en 1982. No se despidió el viernes sino que lo hizo ayer, a sus 60 años, pasando el corte, jugando bien y acompañado de su hijo y con una gran ovación en el último green. Bravo.
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Comentarios
Hablando de Watson, una vez mas ayer me puso los pelos de punta. Que forma de emocionarse y emocionarme en la entrada del 18. Luegoel destino quiso que fallara un putt 'asequible' y se despidió del Us Open y de Pebble Beach embocando uno con corbata de 360º. Fue el final perfecto.
Excelente artículo Enrique, como siempre. Del ganador McDowell tengo el recuerdo para siempre de ver, en primera persona y en el campo, un increíble Albatros en el hoyo 17 de Valderrama en la Volvo Master del 2007. Buena salida, segundo golpe largo que bota al principio de green y que rueda hasta el hoyo. Los que estábamos en las gradas abrazándonos por haber visto algo que posiblemente no veremos en directo nunca más. Coincido contigo que los hombres fuertes del Circuito son Els y Mickelson pero yo seguiría incluyendo a Tiger. Poco a poco se va recuperando y si puttea como en él es habitual tiene serias opciones de ganar. Y da miedo cuando se le ve enchufado y con aptitud asesina. Mirad el vídeo de sus segundos 9 hoyos del sábado. Es el Tiger que todos queremos volver a ver.
Sin duda un Us Open que cubre todas las expectativas, y contesta a la pregunta que planteabais en otro artículo ¿qué debe primar el campo o el jugador? o algo así, Creo que al espectáculo no le hace nada mal preparar un campo como éste, no por hacer más birdies uno se divierte más viendo golf, yo me he divertido igual...
A mi me ha parecido horroroso el espectáculo. Y no es cuestión de birdies.
Anular la precisión a los mejores jugadores del mundo, haciendo que no puedan tirar a un objetivo, sino que tengan que calcular donde pueden botar y donde no, cuando aparentemente no hay peligros... castigarles haciendo que buenos golpes a la calle terminen en el agua, que malos golpes terminen botando bien y siendo buenos. Hacer que un putt cuesta abajo sea un autentico infierno si no toca hoyo o entra...
Lo dijo Álvaro Quirós en la retransmisión de C+, y estoy totalmente de acuerdo. Es una Locura.
Para mí el campo ha cobrado demasiada importancia. No habia manera de jugarle bien. Dependias de otros factores como la fortuna.
En el campo siempre se depende un poco de la fortuna. Personalmente, prefiero un campo como este que como estaba Bethpage el año pasado, larguísimo y con un rough terrible. Este campo requería más estrategia, no deja de ser un link. Quirós dijo exactamente lo mismo de Augusta el año pasado. No olvidemos que es un jugador muy largo pero tacticamente no es precisamente una maravilla. Ha sido un Us Open donde los aficionados, la prensa y los propios profesionales han valorado los +1 en este torneo más que muchos -3 en otros grandes. Como hemos debatido en este blog muchas veces,depende si prefiere ver birdies o ver a los profesionales jugar al limite y sufrir.
Yo no quiero consolarme viendo a los mejores del mundo sufrir cuando estan jugando bien. Habrá muchos que piensen; "como yo en el campo me forro, pues ellos que sufran también", los habrá que piensen que ganan tanto para eso.
Pero yo cuando veo un torneo de máximo nivel, prefiero ver jugadores que arriesgan, que van a por los hoyos. Que si no lo hacen ellos, que son los mejores, ¿quien lo va a hacer?. En Pebble Beach solo vi golfistas jugando encogidos, sin buscar banderas por que no se podia, nadie arriesgo lo más mínimo, por que el campo se la iba a escupir.
yo no lo veo exactamente así, yo no me "consuelo" viendo sufrir a los grandes jugadores, pero cierto es que me gusta ver que se lo ponen algo más difícil y que en esas dificultades siempre sale uno del pelotón y nos maravilla o bien por que ha pateado como los ángeles o bien por que tiene más talento para jugar en esas condiciones. Lo que si tengo claro que no me gusta es un campo dónde el corte se fija en -4 o -5, en el cual tiene 4 pares cinco de Drive y hierro 7, y dónde la mayor dificultad reside en estar acertado embocando putts. A mi eso tampoco me divierte, me gusta un término medio, hoyos desafíantes, hoyos díficiles y hoyos de recuperación, de todo un poco.. pero claro, si ponen rough alto, lo tienen que hacer en todos los hoyos, si ponen el green duro y rápido lo tienen que hacer en todos los hoyos y si deciden algo más ha de ser parejo para todos los hoyos, y ahí es dónde radica la dificultad. Por otra parte se supone que las banderas se han de preparar de seis en seis, o sea seis fáciles o asequibles, seis de dificultad media y seis difíciles, no es que haya una norma escrita pero es lo habitual.
No obstante un links se prepara de una manera similar a lo de Pebble beach y nadie se queja, hay que botar la bola en antegreen a veces y nadie se queja, suupongo que es lo esperado, no sé, pero insisto que a mi me divierte el golf a todos los niveles, pero me encanta ver campos difíciles de vez en cuando....
saludos
Yo me quedo con las declaraciones de Rafa Cabrera en su blog de Ten Golf "El campo es sin duda el mejor que he jugado en mi vida. No sólo por la estética, que ya es impresionante en algunos hoyos. Es que cada hoyo tiene su miga. Tienes que mover la bola muy bien, te hace pensar, usas todos los palos de la bolsa. Tienes que ir viendo dónde es mejor dejar la bola según dónde esté la bandera para el segundo golpe, tener muy claro por dónde puedes fallar y por dónde no... Lo tiene todo"
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