El golf ha explotado en las redes sociales. En Twitter, los golfistas somos un segmento importante y en Facebook, más de lo mismo. Los clubes y otras empresas del sector se han ido dando cuenta de que en las redes sociales hay muchos golfistas activos y han comenzado a abrir páginas para mover sus productos en estos canales. Se nota, sobre todo porque el spam de golf florece a diestro y siniestro, más que la conversación, que es de lo que van las redes sociales. LLegar a casa el domingo, tras jugar unos hoyos y pasar el día por el campo y encontrarte tropecientas invitaciones a eventos en forma de torneos y jornadas varias en uno de los campos de golf que tengo agregado como amigos, no es lo más apetecible.
Borrar, borrar, borrar,... sin leer de qué van esos eventos o mensajes, es lo que hago yo. Si la cosa se desmadra o persiste, cae un unfollow o, lo que es lo mismo, “dejar de ser amigos” y a otra cosa mariposa. Si todos los campos de golf o empresas que tengo en mi muro me enviaran todos sus eventos a la vez, entonces podría tener 40 eventos cada semana y la cosa ya sería para mi inmanejable. Por suerte, no todos lo hacen. Si ya tengo en mi muro a una empresa y ésta organiza un evento, puedo verlo allí. Si me interesa, me apunto; si no, pues nada. Así de fácil.